De nuevo hemos disfrutado de un
estupendo día de marcha. Esta vez desde el pueblo de San Mamés hasta la
chorrera de su mismo nombre.
El entorno no podía ser más
bucólico, como para inspirar a cualquiera de nuestros poetas clásicos: el verde
especial de los árboles y la vegetación, el canto de los pájaros, la armonía de
olores y colores… todo un derroche de estreno primaveral nos regaló su
esplendor y nos permitió contemplar una
naturaleza radiante durante todo el camino, marco estupendo para nuestra marcha.
Nos poníamos en marcha personas que en principio no nos
conocíamos, de distintas edades y procedencias, pero dispuestos a pasar un día
estupendo en el marco que nos une a todos...
Después de experimentar durante
un rato el calor bochornoso del día, hicimos un alto en el camino, justo antes
de comenzar el sendero poblado de árboles; además de darnos un respiro, nos
ofreció la posibilidad de conocer quién fue San Mamés, las anécdotas y
curiosidades de su vida y el origen de su nombre.
Al llegar a la chorrera el agua
caía con fuerza, refrescándonos por dentro y por fuera.
El triatlón que se desarrolló en
Buitrago de Lozoya alteró nuestros planes y nos hizo dirigirnos a un área
recreativa cerca de La Cabrera, donde pudimos saborear un menú recién preparado
y exquisito.
El caminar juntos y el diálogo compartido ha
provocado que nos despidamos queriendo volver a reencontrarnos en la próxima
marcha.